¿Amo a mi familia?

Me preguntaron si amaba a mi familia, conteste que sí, como cualquier otra persona lo haría. Después de unos días pensé en la respuesta que había dado y me pregunté si estaba realmente de la respuesta que había dado.

¿Realmente amo a mi familia?, ¿estoy dispuesta a hacer lo que sea por ellos?, ¿estoy siempre que me necesitan?, ¿disfruto estar con ellos?

Quizá no siempre es así, quizá no lo demuestro, quizá no lo notan.

Pero no puedo restarles importancia a aquellos que aun sin darme cuenta siempre están para mí, pero no soy capaz de pedirles ayuda cuando la necesito, y luego me encuentro llorando diciendo que nadie me ayuda, que nadie se preocupa por mí, cuando muchas veces ellos no tienen la culpa de sentirme así porque ni siquiera se pueden imaginar por la situación que esté pasando. No soy capaz de pedir ayuda cuando la necesito.

Claro que estoy dispuesta a hacer lo que sea por ellos, pero no siempre estaré enterada de lo que está pasando en sus vidas, quizá por no me pidan ayuda o porque no quieren compartir sus problemas. Quizá no necesiten a alguien que solucione sus problemas, quizá solo necesiten a alguien que los escuche.

Los momentos que paso con mi familia son únicos, memorables, inolvidables especiales, son todo aquello que nos acompañan en nuestra memoria por el resto de nuestras vidas.