Cuando se trata de despedidas.
Con lo que me cuestan las despedidas y no puedo alejarme de ellas.
Me ha tocado varios tipos de despedidas
Las necesarias.
Las obligadas.
Las inconscientes.
Pero hoy voy a hablar de las necesarias, donde debo tomar la decisión de despedirme de alguien aunque me cueste, porque tengo que ver por mi misma, y no olvidarme de que antes de querer a alguien más, me debo querer a mi misma. Esa despedida que no puedo pronunciar. Con la que siento que arranco un pedazo de mi vida poco a poco, y siento como el dolor va en aumento.
Aquí estoy, tratando de despedirme, pero con un "quedate" en la punta de la lengua, pero decirlo no mejorará las cosas. Debo ser madura y enfrentar lo que pueda suceder después de esto.
Debo ver por mi, por mi prensente y futuro, por mis oportunidades, por mi salud física y mental.
Donde quiero aferrarme al cuerpo de esa persona y no dejarla ir, pero es que eso ya no depende de mí.
Por mí bien y el suyo, debo soltarlo, dejarlo ir.
Aunque me duele imaginar que su regreso nunca más vuelve a aparecer, debo aceptar que todo tiene un principio y un fin.
Valeria Almaraz ©