Dedícate tiempo.
Perdón si suena como regaño, pero alguien te lo tiene que decir.
¿Qué estás haciendo?, ¿a qué le dedicas la mayor parte de tu tiempo?, seguramente no respondiste que a tu celular, pero sabes que es así, le dedicas tiempo al despertar, al estar comiendo, al tener un rato libre, al parar en un semáforo que está en rojo, al escuchar música, al estar atrapado en el tráfico, al querer ignorar alguien, al estar en un evento social, al ir en el transporte público, al revisar tus redes sociales, al manejar, al estar con tu familia, incluso, al hacer tus necesidades, ¿ya te diste cuenta?
Nos hemos vuelto tan dependientes del celular que ni siquiera somos capaces de reconocerlo, ¿cuándo fue la última vez que te preguntaste si eres realmente feliz?, porque tal parece que ya no te dedicas a serlo, sólo a decir que lo eres, porque cuando te preguntan "¿cómo estás?" respondes con un "bien", sabiendo que llevas un huracán de sentimientos por dentro. Ya no te prestas atención, olvidas cuidar de ti mismo, como si no importaras, recuerda que vas a estar contigo mismo toda la vida, debes cuidarte, conocerte y amarte.
De los mil cuatrocientos cuarenta minutos que tiene el día, ¿hay
alguno de ellos en que te detengas a pensar en qué quieres hacer y qué
necesitas?, pues no lo podrás saber si no te escuchas.
Toma un tiempo para desconectarte de la tecnología, unas horas, unos días, incluso semanas para dedicar tiempo cien por ciento a ti mismo, donde cambies el orden de tus prioridades, que retomes tus metas, lo que te gusta hacer, deja de buscar lo que demás tienen, el internet está lleno de máscaras, donde sólo se muestra lo bueno.
La vida es eso que está pasando detrás de la pantalla de tu celular, si mañana estos dejan de existir, ¿con qué te quedas?, toma fotografías con tus ojos y guárdalas en tus recuerdos, visita a tus seres queridos, disfruta el sabor de tu comida, canta a todo pulmón mientras esperas en el carro, aprende algo nuevo, socializa sin la necesidad de un celular.
Valeria Almaraz ©