Fija tu mirada en lo eterno.
Esta semana estuve pensando mucho en lo fácil que damos el lugar que Dios debería ocupar en nuestra vida, a cualquier cosa o persona.
Ocupamos nuestro tiempo en cosas finitas dejando nuestra relación con Dios para al final del día, cuando nos quedan pocas energías, incluso, muchas veces posponemos ese tiempo y terminamos olvidándolo por completo, ¡qué mal!
No esperes a que sea mañana para remediarlo, este es el momento. Ponte a pensar en aquello a lo que le dedicas la mayor parte de tu tiempo, y si no es Dios, tiene que hacer algo YA MISMO para cambiarlo.
La comunicación es fundamental en una relación para que esta pueda funcionar, pues, ¿cómo puedes amar a alguien si no lo conoces? Comienza a orar, leer la Biblia, ayunar, compartir el evangelio, dar testimonio, servir, etc.
Debes aprender a administrar tu tiempo y dejar de poner excusas para no fortalecer tu relación con Dios.
Valeria Almaraz ©