San Lucas, un viaje sin regreso.
20.06.2020
Un día me fui de viaje, y nunca más volví.
Mi destino tenía una vista hacía el paisaje más lindo que jamás había presenciado, dejaba ver en él, perseverancia, sabiduría y empatía.
Era lo más parecido a tomar a café caliente o mate por la mañana, tocar el pasto con los pies descalzos, y el olorcito a tierra mojada.
No había ni una sola estrella fugaz, velita de cumpleaños, pestaña u oración que desaprovechara, para desear permanecer en él, el resto de mis días.
Escribir acerca de él, nunca había sido tan difícil, hasta que quise expresar lo que me hacía sentir.
Sobre todo, cuando se trata de una persona, y no de un lugar.
Valeria Almaraz ©