Victima de mis inseguirades.
No me creen cuando digo que no soy bonita, cuando digo que no me gusta nada de lo que hay en mí.
Se empeñan en tratar de convencerme de que no es así, pero ya hubo otras personas que me mintieron con lo mismo, y ellas podrían no ser la ecepción.
No miento cuando me veo en el espejo y odio todo lo que veo.
Mis atributos no son lo que todo hombre busca.
Mis ojos no son claros, en cambio llevo unas ojeras decorandolos.
Mi sonrisa no es perfecta, siempre trato de cubrirla con una mano.
Mi cabello está despeinado y enredado todo el tiempo, no uso los mejores productos.
Mi nariz no es respingada, poso de lado para que se note menos.
Mi cuerpo no es delgado, ni mucho menos tengo el vientre plano, lo ardono con rollitos.
Mis piernas son cortas, son insuficientes para ser considerada modelo.
Quiero cambiar todo lo que hay en mi, pero no es posible.
Escuchar un halago no es sufiente porque me es imposible creerlo. Escuchar decir que me quieren se me hace poco confiable.
Y ahí estoy, noche tras noche, ahógandome en mis propias lágrimas, por no poder quererteme tal y como soy.
Porque son más mis inseguiridades que el amor propio.
Cada vez que digo odiar mi cuerpo lo toman por exageración, pero no saben que soy víctima de mis inseguridades.
Valeria Almaraz ©